martes, 11 de mayo de 2010

El leñador y el bosque

Un leñador, talando árboles del bosque, no daba descanso a sus brazos. De su empeño no escapaban abetos ni encinas, hasta que se rompió el mango de su hacha.

- ¡Oh, dioses, por fin habrá paz y tranquilidad en mi mundo! -

exclamó el bosque. Transcurridos los días, el leñador, humildemente, rogó a la floresta:

- Déjame tomar una rama de este abeto para mango de mi hacha, y te prometo irme a otro bosque.

Pero tan pronto el leñador tuvo lista su hacha, comenzó a destrozar a sus bienhechores.

- ¿Es así como agradeces el bien que te hice? -

dijo adolorido el bosque -

Has trocado el favor en instrumento de exterminio.

Interpretación

Leñadores sin control son mortales para bosques - o: dictadores sin control son mortales para la gente.

Esopo

No hay comentarios:

Publicar un comentario