Estaba andando un niño en el bosque muy contento hasta que encontró un
cartel que decía que el árbol estaba encantado, pero solamente se abría
si él sabía cuáles eran las palabras mágicas,
antes que el niño muchos habían fallado al intentar descifrar cuales
eran, cuando comenzó probó con todo lo clásico para poder hacer trucos
pero nada funcionaba, hasta dijo “Abra-Kadabra”, todo sin éxito alguno,
pero entonces al ya rendido irse de allí dejó salir la expresión de “Por
favor Arbolito”, y entonces se abrió el árbol dejándolo pasar sin
inconvenientes, él no lo podía creer, pero como si esto fuera mucho,
dentro encontró una nota que decía “Sigue haciendo magia” y así lo hizo,
dijo “Gracias arbolito” y estas palabras fueron suficiente para que se
ilumine un camino que lo conducía una montaña llena de golosinas que él
pudo incluso compartir con sus amigos, ellos fueron directamente a lo
que luego se convirtió en la mejor fiesta que alguien alguna vez haya
podido ver, así todos aprendieron que las palabras mágicas son las que
lo hacen a uno ser educado frente a los demás, hasta los árboles y las
plantas merecen el mismo respeto que uno le tiene a sus mayores.
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