Yo he conocido a un árbol
que me quería bien.
Jamás supe su nombre,
no se lo pregunté
y él nunca me dijo nada:
cuestión de timidez.
Nunca vio mi silueta,
era ciego al nacer,
por eso a mí me quiso
lo mismo que yo a él.
Le dije muchas cosas
que a nadie más diré,
más que a la vieja estrella
que alguna vez hablé.
Pedro Garfias Zurita
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario